Un guerrero de la luz no cuenta solamente con sus fuerzas; usa también la energía de su adversario.
Al iniciar el combate, todo lo que él posee es su entusiasmo, y los golpes que aprendió mientras se entrenaba. A medida que la lucha avanza, descubre que el entusiasmo y el entrenamiento no son suficientes para vencer; se necesita experiencia.
Entonces él abre su corazón al Universo, y pide inspiración a "dios", de modo que cada golpe al enemio sea también una lección de defensa para él.
Los compañeros comenta: !"qué superticioso es"!, paró la lucha para rezar, y respeta los trucos de su adversario.
El guerrero no responde a estas provocaciones. Sabe que, sin inspiración ni experiencia, ningún entrenamiento da resultad.
>Sin embargo, que somos nosotros si no somos más que unos guerreros, pseudo experimentados. Buscamos dónde no tenemos posibilidades de hallar camino, pero el peligro y la prohibición penetran sobre nosotros. Nuestra lucha no es más que poder demostrarnos cuanto valemos. Eso nos pasa en ocasiones con los retos, pero dónde queda la moral, de verdad que eso nos sirve? para demostrar qué? que somo más "fuerte" en un determinado momento? creo que no vamos muy lejos.
>Una lucha en igualdad de condiciones es digna de ver, una lucha en la cual la trampa sea el arma que se tiene como segunda opción es desleal al contrincante. pero también es cierto, que esa trampa es la que nos ayuda darnos cuenta de la realidad... somos realistas al ver nuestra realidad?
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