2 ene 2009

Fénix...

Y fueron llegando los días en los que él decidiría su futuro. Tras mucho caminar, y sus experiencias, decidió que ya era hora de ponerse acorde con sus compromisos. Caminando por aquel sendero, pedregoso, con arenilla e hierbas que salían por todas partes, se dio cuenta que estaba poco transitado. De repente un silbido atrajo su atención, empezó a rebuscar por aquel enjambre de arboles que se ceñían sobre la senda. Vio varios animalitos, entre ellos conejitos y muchas aves, pero una le llamo la atención especialmente. Despacito fue a ver como era de cerca, se acerco al árbol para poder observarla mejor… era hermosa, jamás había escuchado ese dulce sonido, y mucho menos había visto una belleza como ella, aquellas alas, abiertas con un blanco, naranja y rojo vivo, emocionante, se tomo su tiempo. Aquella ave, parecida al Fénix, lo vio, pero hizo como si no hubiera nadie, estaba demasiado centrada en cantar para atraer al resto de las aves, mientras… seguía allí, estando como la reina de su árbol, de su bosque. El caminante… impactado por el tiempo, por su belleza y por su canto, había desapercibido el árbol donde estaba observando a tan maravillosa ave y, como por arte de magia, miro hacia el tronco del árbol que estaba apoyado. Estaba escrito en la Vieja Lengua… algo raro que muy pocos sabían apreciar el viejo idioma. Él por suerte contaba con que lo habían educado en una escuela de pequeño, aunque después termino de crecer en la calle.

Y lo que ponía era:
""""Quién no vea, pero oiga el Fénix, será elegido por un destino azaroso.
Quién lo oiga y pueda verlo, estará labrando su propio destino""""