20 dic 2009

Barro, Fango, cómo salir?


Una capa de lodo me atrapa y me sumerge. Creo que quiere algo de mi, pero no sé que puede ser. Es gracioso que de vez en cuando acabe en el mismo sitio, ains... mis pasos, creo que en ocasiones doy rodeos para volver de nuevo aquí.

Ahora la pregunta es otra, llevaba una ropa limpia y he acabado en el fango de nuevo, no tengo como salir y no sé cómo poder limpiarla. No veo ninguna casa a los lados, no veo ninguna toalla, ni mucho menos ropa tirada. Ingenuo de mi... pensar que habría ropa tirada.
Deberé quitarmela y limpiarla de nuevo, que remedio, pero ... si está es una segunda caída, podre tener una tercera? Mejor no pensar, mejor no caer, jeje, creo que es mucho mejor y poder ver antes, lanzando piedras, si se puede pisar o no.

Bueno... la verdad es que ... deberé esperar un tiempo a poder limpiarla. Hace frío y no quiero helarme, ni mucho menos esperar que alguien se acerque a ayudarme, estoy bastante lejos del camino principal... ains.

En fín... antes de todo, de limpiar, de volver al camino, a los laberintos... creo que deberé salir del fango que estoy hasta la cabeza, aquello parece una rama...

11 dic 2009

La intensa pregunta sin responder...

Te ríes de mi? Ahora?
jaja, cuando no me ves
si te veo, delante de mí,
eso es lo que crees, jaja

Si, es cierto, pero tienes pegas?
No, tu de mi?
Los rayos temblaban

las nieblas se levantaban.
la oscuridad se agrupaba.
Es hora de comenzar
de levantarse y andar
Me acompañas ¿
la intensa pregunta sin responder.

Te he encontrado?



Hace tiempo que no te visito, es verdad, he estado perdido, por dónde? Ni yo mismo lo sé, es imposible que te lo pueda decir. La verdad, me han recordado muchas cosas, a ti. El camino, siempre el camino… el otro día te vi, te me aparecistes ante mí y sin darme cuenta fue capaz de describirte, sin problemas. Te recuerdo por cada paso que ando, que veo y que vivo. Ya va siendo hora de empezar a andar por un camino de tierra. Si, lo veo escrito, que cierto es… las palabras en la arena se pierden y en las piedras se quedan de por vida… mientras las veas. Hoy va siendo el momento del cambio, del nuevo “yo” o “nuevo empezar”, aquí mismo veo un camino mejor, de piedras, un camino de piedras, aunque frondoso, con poca luz y con mucha espesura por los árboles, las plantas trepaderas intentando alcanzar la poca luz, que queda en la superficie de los árboles.

Qué de tiempo, eeh? Hace años, décadas, siglos, que no te veía por aquí. Estas aquí sentado, en esa piedra y delante de mí. Qué me tienes que decir? A qué esperas para hablarme?...

>Tanto temor me tienes?

Cómo dices? Te atreves a decirme eso? Después de… cuanto tiempo? Años que me dejas olvidado?

>A mi? Eres capaz de recriminarme que no te hayas movido? Que no hayas sido capaz de verte como estabas? Ahora me cuentas cuentos?
(Tras mil minutos pensando, las mil y una noches deambulando el anciano fue capaz de pensar…)

Me insultas? Ahora? Cuando estuve esperando…. A que aparecieras, a que me levantaras de esta pesadez, eeh?

(Que remedio les quedaba el poder hablar, allí, los dos delante del “camino” esperando que pasara algo que ambos sabían que, tarde o temprano llegaría).

Si, es cierto lo que dices y dijistes, pero realmente necesitaba estar deambulando por los pasadizos, por los árboles y buscando Hadas y Mariposas. Y mira por donde aparecieron las Ninfas, tan guapas ellas, como siempre, deleite de tantos muertos y de millones de varones a su merced. Allí estaba, al borde del precipicio cuándo, me di cuenta, que no merecían la pena, ya lo sabía de antes y gracias a mantenerme en mi sitio lo descubrí. Allí estaba el acantilado, tan precioso y lindo como él solo, las olas rompiendo en sus finas y gruesas rocas, heladas y sudorosas del calor producido por la sal de la mar.

Vagabundeando volví y hasta a ti he llegado, me tienes algo que decir?

>Tu mejor que nadie vas a descubrir lo, para que anticiparte a tu camino, no debes hacerlo, no deberías, pero… cuando lo hagas acuérdate, que eso solo es un presente, un camino del destino, un momento que u solo puedes descubrir, no son todas las posibilidades que se te abren ante ti.

Me alegra saber que me acompañas, aunque te pido un favor, levántame mil y una vez, cuando me caiga dos veces. Acaríciame cuando me equivoque, pero tortúrame cuando acierte, y siempre, pero siempre espero que tú y yo seamos uno, me conoces mejor que yo, me ayudas a continuar por mi camino.